La ofensiva aérea lanzada por Israel en territorio qatarí, desató una crisis diplomática internacional sin precedentes, y prácticamente acabó con el acuerdo para liberar a los rehenes israelíes retenidos por Hamas en la Franja de Gaza.
El gobierno de Qatar calificó el ataque como violación de su soberanía y una “sentencia de muerte” para las negociaciones de paz.
El bombardeo, ocurrido el lunes en la capital Doha, fue contra líderes de Hamas que participaban en conversaciones indirectas con Israel, mediadas por Estados Unidos, Egipto y Qatar; intermediario desde el principio en el conflicto de Gaza.
El ejército israelí confirmó el ataque y lo justificó señalando que los líderes de Hamas estaban utilizando Doha como refugio seguro para planear nuevos ataques contra Israel.
Antes del ataque, se calculaba que más de 100 rehenes israelíes seguían con vida en Gaza, -mujeres, niños y adultos mayores- capturados durante la ofensiva de Hamas el 7 de octubre de 2023, principio de la guerra actual.