Un equipo de científicos brasileños descubrió una enorme reserva de agua dulce bajo la selva amazónica, conocida como el Sistema Acuífero Gran Amazonía, SAGA.
El acuífero subterráneo, de aproximadamente 1.3 millones de kilómetros cuadrados, podría contener más de 160 billones de metros cúbicos de agua, superando en volumen al célebre Acuífero Guaraní.
El hallazgo fue presentado por Francisco de Assis Matos de Abreu, científico de la Universidad Federal de Pará, y redefine el entendimiento del ciclo hidrológico en la región.
Se estima que el SAGA representa más del 80% del agua que circula en el ciclo amazónico. Los ríos y la atmósfera ofrecen una contribución menor.
El descubrimiento llega en un momento crítico para la seguridad hídrica mundial. Según estimaciones, el volumen de agua del SAGA podría abastecer a la humanidad durante más de 250 años, tomando como referencia los niveles actuales de consumo.
Pero, los expertos advierten que la extracción de esta agua no es sencilla: requiere perforaciones profundas, infraestructura monumental y una planeación que no comprometa el equilibrio ecológico.
La calidad del agua es desconocida, y la mayoría de los estudios se han elaborado en pozos superficiales. Además, la deforestación, la contaminación y un manejo inadecuado podrían alterar el delicado equilibrio del sistema.
Al tratarse de un acuífero transfronterizo, su gestión requerirá cooperación internacional para garantizar su preservación.
El SAGA no solo representa una esperanza frente a la crisis hídrica global, sino también un llamado urgente a proteger la Amazonia.
Este “océano oculto” debe ser tratado como un recurso estratégico, no como mercancía sujeta a especulación comercial.