En este momento estás viendo Pedagogía del oprimido de Paulo Freire

Pedagogía del oprimido de Paulo Freire

Reseña: Tania Soberanis.

 

¡Hola queridas cosmovisiones, queridas otredades! Espero que se encuentren bien. Los saludo. Te pregunto, ¿alguna vez has levantado la voz, dicho algo, manoteado o hecho un ademán que recuerdas haber visto durante tu formación social y que te deja una sensación de “no puede, estoy haciendo lo mismo que…”? Pues bien, en esta oportunidad quisiera conversar con ustedes de un libro que me parece súper urgente revisar, y que a pesar de que esta obra ya tiene un poco más de medio siglo de haber sido publicada, continúa siendo un tema urgente a tratar, les hablo de la: “Pedagogía del oprimido”, de Paulo Freire, pedagogo y filósofo brasileño.

 

“Pedagogía del oprimido”, de Paulo Freire

Pedagogía del oprimido no es una obra exclusiva para aquellos que nos dedicamos a la educación o para aquellos que nos desarrollamos en este ámbito. A mi parecer es una obra que todo mundo debería revisar, sobre todo para aquellos que convivimos con las nuevas generaciones, que somos casi todos, considero, pues muchos de nuestros comportamientos y actitudes que tenemos hacia los demás, suelen ser un reflejo de la educación que recibimos. Para adentrarnos al texto les recomiendo revisarlo con la mente abierta y crítica hacia nuestro propio actuar, porque una que otra vez, sin ser consciente de ello, puede que estemos reproduciendo la opresión de la que hemos sido fruto.
Para invitarte a esta lectura, te preguntaré, tú crees que:

¿LA EDUCACIÓN PUEDE CAMBIAR EL MUNDO?

“La pedagogía del oprimido reside en la conciencia del oprimido”
(Freire, Paulo. 1970, p. 54)
Paulo Freire es uno de los grandes pensadores y pedagogos del siglo XX. Sus trabajos se centran en la observación de la existencia humana y de la profunda huella que deja la praxis: aquellas acciones que forman —o deforman— a los individuos dentro de una sociedad.
En su libro Pedagogía del oprimido (1970), Freire teoriza sobre el individuo como ser social, y sobre cómo la sociedad puede contribuir a su formación como un ser libre. También denuncia cómo, por el contrario, puede perpetuar estructuras y prácticas que reproducen la opresión en beneficio de unos pocos grupos dominantes. Esta realidad es especialmente visible en sociedades donde los intereses de ciertas clases marcan el ritmo al que los demás deben ajustarse, sin posibilidad de cuestionar la música que se impone.

Frente a esta realidad, Freire propone una educación liberadora, que representa la antítesis de la educación bancaria o tradicional, en donde el educador deposita información en los estudiantes, como si fueran recipientes vacíos que deben ser llenados. Esta concepción ignora el pensamiento crítico y anula al estudiante como sujeto de conocimiento. Como escribe Freire: “En la visión bancaria de la educación, el saber es una donación de aquellos que se juzgan sabios a los que juzgan ignorantes” (Freire, 1970, p. 73).

“Pedagogía del oprimido”, de Paulo Freire
Paulo Freire

La educación bancaria no solo perpetúa la pasividad, sino que refuerza la desigualdad al mantener a los oprimidos en una posición de dependencia y silencio. Esta forma de enseñar —que muchos hemos heredado como educadores— sigue presente en las aulas, en las reuniones escolares, e incluso en la administración educativa. Por ejemplo, desde que inicié mi labor docente en 2009, he notado cómo en múltiples contextos se siguen replicando esquemas verticales: se limita el diálogo, se inhibe la discusión teórica, y se desconfía del pensamiento propio. No se trata de una regla general, pero sí de un paradigma persistente que impide que la educación sea verdaderamente transformadora.

Cambiar este modelo requiere más que voluntad: exige una ruptura consciente con las estructuras que nos formaron. Significa reconfigurar el rol del educador, no como transmisor de contenidos, sino como facilitador del pensamiento crítico. Significa también concebir al estudiante como sujeto activo, capaz de interpretar y transformar su mundo.

Entonces, ¿puede la educación cambiar el mundo?
Sí, pero solo si se convierte en un acto dialógico, crítico y liberador. Solo una educación que promueva la conciencia, el pensamiento autónomo y la acción puede formar individuos libres, capaces de construir una sociedad más justa. El cambio de paradigma no es opcional: es urgente. Necesitamos transitar de una educación domesticadora a una educación emancipadora, donde cada persona sea protagonista de su propio aprendizaje y, por ende, de su liberación.
Como bien señala Freire: “La educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo” (Freire, 1970, p. 52). En esta visión, la educación no es un simple instrumento de transmisión, sino una herramienta de transformación social.
Formar individuos críticos es la clave para una sociedad libre, democrática y humanamente más plena. En manos de una educación liberadora, el mundo no solo puede cambiar, sino que está llamado a ser cambiado.

“Pedagogía del oprimido”, de Paulo Freire
Paulo Freire