Un poco de historia: en 1967, después de mucho negociar, se firma el ‘Tratado de Tlatelolco’, que prohíbe el desarrollo, compra y emplazamiento de armas nucleares en Latinoamérica y el Caribe. El tratado entró en vigor en 1969, fue promovido por México, y permitió a la región declararse zona libre de armas nucleares.
El diplomático mexicano Alfonso García Robles, uno de sus principales promotores, fue reconocido con el Premio Nobel de la Paz en 1982.
Brasil y Argentina, al principio no mostraron simpatía para suscribir el tratado. Ryan Musto, un investigador del Instituto de Investigación Internacional de la Universidad “William and Mary”, explicó que estos países buscaban preservar su derecho al desarrollo nuclear y a las “explosiones nucleares pacíficas”.
Brasil y Argentina, querían desarrollar el ciclo completo del combustible nuclear sin interferencias.
La estabilidad relativa entre los países americanos, la transición democrática en Brasil y Argentina, y el alto costo y diplomático de mantener una alternativa nuclear contribuyeron a consolidar esta política regional. En 1975, Brasil firmó con Alemania Occidental un acuerdo de transferencia nuclear, pero fue obstaculizado por presiones de Estados Unidos.
Hoy, latinoamericana es un caso exitoso de cooperación regional en materia de desarme. El legado del Tratado de Tlatelolco y la adhesión al Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares, hacen de Latinoamérica, una referencia global.